Viaje de Fin de Curso 4º de ESO [22.06.2015]
Rubén Ruíz-Mateos

El lunes 12 de junio los alumnos de 4º de ESO  nos fuimos de viaje de estudios al norte de Extremadura, en la sierra de Gredos.

Todos nosotros estábamos emocionados por la travesía, pues sería la última aventura que viviríamos juntos.

Llegamos a nuestro destino a las 18:45, estaba lloviendo pero el monitor nos atendió rápidamente y llegamos al pueblo de El Torno, donde se encontraba nuestro alojamiento.

Tras dejar las maletas y acomodarnos pasamos el resto del día en el sótano del albergue jugando al futbolín y descansando.

Llegada la noche comenzamos las actividades realizando un tour fotográfico por los recovecos del pueblo , pudiendo observar el ingente número de estrellas que había en el firmamento.

 A la mañana siguiente nos levantamos temprano y comenzamos (tras el desayuno) una ruta de senderismo que nos condujo a una poza natural en la que nos bañamos, el agua en todas partes estaba presente y era cristalina.

Seguimos la ruta y finalizamos a una altura de 700 metros, donde pudimos contemplar siete cascadas naturales de una belleza sin igual (nos bañamos en la segunda). Paramos cerca de un cerezal para recoger y degustar algunos especímenes.

Por la noche tuvimos una actividad de miedo, nos dividimos en dos grupos y el perdedor tuvo que enfrentarse a una peripecia terrorífica.

El miércoles iniciamos otro sendero más largo que nos permitió contemplar, anonadados, las marmitas naturales más hermosas y fantásticas que jamás habíamos conocido.

Por la noche tuvimos otra aventura de terror muy divertida en la que aprendimos los distintos tipos de cereza que existen.

El penúltimo día realizamos un viaje al bosque y disfrutamos de un recorrido en tirolina entre los pinos, después nos bañamos en el río Jerte y volvimos al albergue.

Durante la noche nos quedamos en el albergue y disfrutamos de una noche estrellada. Hablamos de los años pasados juntos y pasado un tiempo comenzamos a tratar temas más profundos como el universo.

El viernes estábamos muy cansados y fuimos a Plasencia, una ciudad muy famosa con dos catedrales.

Fue un camino precioso y disfrutamos de la población al máximo.

Finalmente compramos unas cerezas, nos montamos en el autobús y nos volvimos a Sevilla.